Es de sabor muy soso... o casi inapreciable; su textura es flexible. Precisamente por su falta de sabor permite asociarlo a numerosos alimentos e introducirlo en muchas recetas de cocina. No hay que dudar en añadirlo a las salsas más sabrosas, a las especias y a las finas hierbas tanto como se quiera. Es un aliimento muy digesivo y perfectamente asimilable que ocupa un lugar sobresaliente en todo régimen vegetariano. Su contenido en hierro lo convierte en un alimento antianémico muy adecuado. Al asociar el tofu con el trigo(en patés, en cuscús...)aumenta todavía más su valor proteínico.

Desmenuzado:
En tomates rellenos, tortitas, croquetas, tartas, lonchas...
Mezclado:
En cremas para postres, salsas para verduras, mayonesa, ali-oli, purés...
Cortado en daditos:
En brochetas, quiches, guisos, sopas...
E incluso en filetes:
Tofu a la satén, a la parrilla, empanado o en sánwich...
