jueves

FABADA ASTURIANA. VEGANA

Rastro de Gijón, primera hora de la mañana.
La lluvia provoca gran estruendo sobre las pocas lonas de los puestos que algunos comerciantes ambulantes han osado montar. Arriba en las montañas, las primeras nieves de finales de año renuevan el panorama hasta entonces bastante más cálido de lo habitual para la estación. 

La tierra nos habla, habrá que prestarle más atención .

Sobre un largo tablero de madera que soportan un par de caballetes de hierro; conservan toda la frescura, energía y rocío del alba en sus hojas y tallos; una gran variedad de hortalizas, frutas y legumbres.
Horas atrás: puerros, apios, acelgas, brócolis, hundían sus raíces en la tierra.

 
El enjuto hombre que atiende uno de los puestos que llama mi atención, es a su vez el agricultor que vende a un precio más que razonable tales exquisiteces. 


Sus manos denotan el arduo trabajo del campo y a la vez en las remolachas, el hinojo y las cebollas; se nota la delicadeza que emplea el hombre en el cultivo.
Qué  buenos alimentos, cuánta frescura.

 
Llevaba tiempo con ganas de una buena fabada. Proteína vegetal, las legumbres son ricas en proteína.
Las del cesto color canela eran lo que necesitaba.
Ya en casa las puse a remojo.

Ingredientes

Fabas de la Granja
1 cebolla
2 dientes de ajo
Pimentón  picante
Azafrán
1 pizca de sal
Laurel
Aceite oliva v.e.

Preparación

En una cazuela poner agua fresca que cubra abundantemente las fabas remojadas y limpias, la cebolla pelada entera y la hoja de laurel.
Lentamente se irá cociendo. Si se reduce el caldo, se añade poco a poco agua fría.
Cuando transcurra una hora de cocción añadimos el azafrán y una pizca de sal.
En una sartén con un chorro de aceite de oliva v.e., y a golpe medio de calor pasaremos los ajos machacados y el pimentón al gusto, removiendo hasta que esté  ligeramente dorado. Lo añadimos a la fabada.
Continuará la cocción hasta que las fabas estén tiernas.

Una ensalada verde y  pan de centeno integral o espelta serán un buenos complementos.

Es muy interesante ir al rastro y hablar con quienes cultivan.
Sin intermediarios, productos de temporada y de la tierra.
Lo que comemos son nuestras energías de ello depende en gran medida a corto y largo plazo nuestra salud.