Asé patatas al horno, y qué bien huele la cocina .
Resultado: almidón resistente; alimento para nuestras bacterias buenas del intestino.
Si ellas están sanas, nosotr@s estaremos bien también.
Al comer este almidón retrogradado cuidamos nuestro segundo cerebro
La patata asada al horno y enfriada a 4 grados (temperatura óptima)en el frigo.
Se puede recalentar aunque nunca por encima de 170 grados.